22 de marzo de 2011

a propósito de "Levántate, Sisi. Parte 5"

Sisi no entiende de qué hablan los ojos celestes, y asiente sin discutir. La ignorancia como viaducto hacia la satisfacción del deseo es su herramienta más eficaz, y no ha de ponerla en discusión.
Sisi ve basura donde dicen los ojos que hay belleza. Dicen los ojos que Sisi no ve porque no quiere ver, y Sisi duda.
Dicen los ojos que el arte tiene tres caras posibles: una  muestra la realidad tal cual es; otra le agrega una cuota de horror, haciendo que esa realidad algo aún más abominable; y otra, por el contrario, le agrega la belleza que la realidad, tal cual es, quizás nunca pueda tener.
Sisi no entiende, pero mira, y escucha a los ojos diciendo que lo importante es poder ver, y verse, en la suma de realidades: la nuestra, y la del otro, para llegar a lo previo, lo que está allí desde antes. Dicen los ojos que podemos encontrar allí basura, y que ese puede ser el final. O el principio. Dicen los ojos que habría de prestarse atención,  entonces, a quiénes son los que van a ver. Sisi asiente con la mirada, y sólo sabe que el amor tiene ojos celestes.